"Del suelo broté saludando a la tierra con tal grito, que nunca se había oído a un hombre que había muerto y vive de nuevo. Abracé los troncos de los árboles enloquecido como un auténtico poseso, levanté mis trémulos brazos hacia lo alto...y mi risa se proyectó hacia los cielos".(Edna St. Vincent Millay).

viernes, 25 de mayo de 2012

Día 12 de mayo de 2.012-Salamanca-Montamarta (texto)


Citando textualmente a la Guía que llevábamos, jornada de transición, algo monótona, aunque aderezada por los sembrados de colza, un cierto cambio de paisaje a partir de El Cubo de la Tierra del Vino y con una bonita Zamora vista fugazmente al habernos planteado llegar hasta Montamarta.
La noche la he pasado más o menos dignamente aunque me he despertado en varias ocasiones en las que he aprovechado para echarme Voltarén en el pie, en el dedo gordo y en el gemelo. Al andar de puntillas para evitar posar el talón que me chafé en la segunda etapa, tengo molestias añadidas en el pulgar y en el gemelo derecho. Más goteras, copón.
La introspección por la monotonía de los tramos, hacen que ésta jornada la tenga cómo en una nube. Atravesamos Castellanos de Villiquera, Calzada de Vandunciel. Poco antes de Huelgos de Cañedo, en una rotonda, nos despistamos y nos metemos en sentido contrario por la A66. Un camión nos pita para avisarnos pero ya nos hemos dado cuenta del error y Javi comenta: “Tira para atrás macho que cómo aparezca la policía nos empapela”. Desesperados por tomarnos un café, a 5 Km. de El Cubo de la Tierra del Vino, paramos para preguntar, sobre un bar próximo, a un joven que espera el autobús. Muy amable se dirige sonriente a nosotros con ganas de hablar. La leche. Lo que tenemos a la vista a la derecha es la cárcel de Topas. Al chaval lo acaban de soltar del trullo tras haberse comido 2 meses de encierro por un control de alcoholemia. El pavo aun no se ha recuperado del shock. Ha perdido 30 kilos de los nervios y se ha codeado con la flor y nata: Asesinos, chorizos,…, etc.,….vamos, de lo mejorcito de cada familia. Nos cuenta algo sobre un famoso asesino que se entretuvo en descuartizar a su mujer…
La historia nos deja a noqueados. Nos despedimos del colega, dándole ánimos y salimos escopetados, vaya a ser que nos metan para adentro.
A partir del El Cubo, el Camino se hace algo más ameno aunque a Javier, hoy, no se le ve muy happy que digamos. Le propongo hacernos el café o lo que sea en Zamora. Atravesamos el Duero y nos dirigimos al casco antiguo con la intención de tomar algo y para nuestra sorpresa, nos encontramos con dos de los bicigrinos que pernoctaron en Calzada de Béjar, con los que charlamos un rato. Siguiendo el protocolo, antes de aventurarnos a hacer Km. sin ton ni son, sin asegurarnos un alojamiento, llamo por teléfono al hostal que localicé en su día por internet. No contestan. Lo intento un par de veces más sin éxito alguno. Más tarde no enteraremos de lo han alquilado íntegramente para el personal que trabaja en el AVE. Llamamos a información y nos proporcionan el teléfono de lo que podría ser una casa de huéspedes. Me pasan directamente y una voz femenina me confirma que dispone de habitaciones, emplazándonos a la única tienda de alimentación que hay en el pueblo. Nos despedimos de los bicigrinos, que tienen intención de hacer noche en Zamora,  y salimos zumbando. Tenemos ganas de concluir con la etapa de hoy aunque no ha sido para nada complicada.
Al llegar a Montamarta por la pista, nos liamos y no vemos la tienda de alimentación. Nos dirigimos a la calle principal y preguntamos al único individuo que vemos por los alrededores quien nos indica que dispone de habitaciones. Nos quedamos algo confundidos; algo no cuadra. Nos da la sensación que ésta persona nada tiene que ver con la que hemos concretado alojamiento en Zamora y así se lo transmitimos. El tío nos da muy malas vibraciones e incluso se pone algo agresivo. Es obvio que esperaba hacer negocio y se le ha jodido el invento. Parco a la hora de indicarnos lo que buscamos, pasamos del zafio y llamamos de nuevo a la casa de huéspedes que tras sus indicaciones, en breve damos con el lugar en cuestión y tras proporcionarnos llaves, toallas y un sitio para dejar las bicicletas, nos disponemos a comer algo en el único bar que hay en el pueblo. El patio de la casa donde ubicamos las bicis está en obras y hay un par de albañiles que nos saludan. Una de las habitaciones está ocupada por una señora australiana con la que más tarde intercambiaremos algunas palabras.
Nos dirigimos al bar del pueblo en donde nos hacemos varias tapas. Tan concluir con la frugal comida, decidimos ir  a la tienda de alimentación para comprar algo de bebida isotónica y leche. Aprovechamos, dada la escasez de servicios que hay en el pueblo, para hacernos con 4 latas de cerveza por si  a lo largo del día se nos antoja tomarnos alguna birra en la casa. Hay frigorífico en la casa y las metemos junto con las barritas que tenemos, que con el calor están medio derretidas.
Decidimos echarnos un rato y al final consigo pegar una cabezada. Me levanto con la intención de dar un paseo pero antes me asomo a la habitación de Javi que duerme profundamente, con lo que decido salir por mi cuenta con la intención de sellar en el albergue que me consta que existe en el pueblo. Paseando tranquilamente, observo un pueblo feo en donde queda algún vestigio de un pasado con cierto esplendor (tampoco demasiado). Probablemente la autovía  ha masacrado el ya poco atractivo que debía de tener un municipio en donde solo se ven personas de la tercera edad y establecimientos astrosos y abandonados. Me cruzo con un grupo que se aloja en el albergue y me indican su ubicación aunque me avisan de que el responsable del albergue,  probablemente no aparezca hasta el día siguiente. Demasiado lejos de donde me encuentro, considerando además la escasa posibilidad que tengo de que me sellen.
Al dirigirme al bar, me cruzo con la australiana que se aloja con nosotros y nos saludamos. Un poco más tarde aparecerá mi compañero y decidimos ir pidiendo algo para comer ya que el bar cierra temprano, lo que tampoco nos sorprende dada la escasa parroquia que hay.
Volvemos a la casa y me dirijo al frigorífico para pillar una cerveza de las que compramos al mediodía.¡¡¡Coño!!! Solo queda una. Le pregunto a Javi por curiosidad y me comenta que él no ha tomado ninguna. Evidentemente son de los dos y tiene  todo el derecho del mundo a tomarse las que quiera pero hemos estado, prácticamente, todo el tiempo juntos y me sorprende que él se las haya bebido. Nos quedamos perplejos. Haciendo memoria, me comenta que cuando se ha despertado de la siesta ha ido al frigorífico para comerse una barrita y que ya se percata de que 3 de las 4 cervezas ya no están. Se acaba de producir el milagro de las birras. No es que el tema tuviera mayor importancia  pero nos quedamos sorprendidos. Opciones: La australiana, con esa cara de no haber roto un plato en su vida, se las ha cepillado del tirón. Los albañiles han estado campando a sus anchas por la casa y se las han bebido. Misterio.
Sin más dilaciones, nos vamos a la cama. Buenas noches…buenas noches.

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